viernes, 25 de abril de 2014


El Fútbol y la geometría sagrada

En tiempos pasados, el fútbol era considerado una ceremonia, un ritual sagrado ofrecido a los dioses, tenía que ver con la relación entre los seres vivos y el inframundo.


La disciplina más antigua que se asemeje al fútbol, tal y como lo conocemos, data de los siglos III y II A.C.
Estos se basaban en manuales de ejercicios militares que correspondian a la dinastía Han de la antigua China. En esos tiempos era llamado ts'uh Kúh y consistía en lanzar una pelota con los pies hacia una pequeña red.
En el Lejano Oriente, aunque unos cinco o seis siglos después de la dinastía Han, existía una variante japonesa llamada
kemari, el objetivo del juego consistía en mantener la pelota en el aire pasándola entre los jugadores.
También en el mediterraneo, se destacaron dos formas de juegos: el harpastum en Roma y el epislcyros en Grecia. Era disputado por dos equipos en un terreno rectangular demarcado y dividido a la mitad por una línea. Los jugadores de cada equipo podían pasarse un pequeño balón entre ellos, y el objetivo era enviarlo al campo contrario.
En América los Mayas le llamaban pok ta pok y su práctica era
parte de un ritual por la fertilidad y data de 3.000 años de antigüedad.
A pesar de haber sido introducida en las Islas Británicas, si nos remitimos a las disciplinas ancestrales en Oriente y América, su ascendencia hacia el fútbol actual es muy dudosa.
La disposición geométrica del campo es un doble cuadrado que contiene 22 jugadores, como los 22 arcanos mayores del tarot. El número 5 es el número del hombre y el 6, el número de la divinidad, si los sumamos, obtenemos los 11 jugadores de cada lado, 11 y 22, ambos números maestros.
En el centro del campo, se encuentra un punto y un círculo que lo contiene. En la alquimia, se lo reconoce como imagen del oro alquímico, el ojo de dios.
Actualmente el diseño de los balones de fútbol, es un icosaedro truncado que contiene doce pentágonos, veinte hexágonos y un diseño de 32 caras que conforman una esfera casi perfecta. Matemáticos afirman que aún existe una figura geométrica más aproximada a una esfera perfecta, llamada rombicosidodecaedro, formado por veinte triángulos, treinta cuadrados y doce pentágonos teniendo casi el doble de caras del balón actual, con este la pelota ganaría en compacidad 94.33% de la esfera circunscrita, aumentado la capacidad de control por parte del jugador.
El teorema geométrico de Euler, sostiene que todo poliedro formado por hexágonos y pentágonos debe contener precisamente doce de éstos, independientemente del número de hexágonos que posea. El balón actual, contiene veinte.
Pitágoras describió once de los trece poliedros semirregulares que son menos conocidos que los platónicos, pero sí, más estéticos y agradables a la visión. Todos ellos tienen sus caras formadas por polígonos regulares de dos o tres clases distintas, todos iguales entre sí, respectivamente y dispuestos del mismo modo en cada vértice. Desde el sencillo tetraedro truncado, con sólo ocho caras, al gran rombicosidodecaedro, con 62 caras. Todos ellos son prodigios de la  geometría sagrada.
Hoy día el fútbol se ha convertido en un pasatiempo, ha sido prostituído, esclavizado y alienado para adormecer conciencias. Convertiendose en el espectáculo deportivo de mayor convocatoria, movilización de masas y enormes capitales e intereses de toda índole a nivel mundial. Un gran negocio para las empresas privadas, donde se ha olvidado y pervertido, lo sagrado y místico que esta ceremonia requería.

Si eres fanático del deporte, estás en el camino.

El Fútbol y la geometría sagrada

En tiempos pasados, el fútbol era considerado una ceremonia, un ritual sagrado ofrecido a los dioses, tenía que ver con la relación entre los seres vivos y el inframundo.


La disciplina más antigua que se asemeje al fútbol, tal y como lo conocemos, data de los siglos III y II A.C.
Estos se basaban en manuales de ejercicios militares que correspondian a la dinastía Han de la antigua China. En esos tiempos era llamado ts'uh Kúh y consistía en lanzar una pelota con los pies hacia una pequeña red.
En el Lejano Oriente, aunque unos cinco o seis siglos después de la dinastía Han, existía una variante japonesa llamada
kemari, el objetivo del juego consistía en mantener la pelota en el aire pasándola entre los jugadores.
También en el mediterraneo, se destacaron dos formas de juegos: el harpastum en Roma y el epislcyros en Grecia. Era disputado por dos equipos en un terreno rectangular demarcado y dividido a la mitad por una línea. Los jugadores de cada equipo podían pasarse un pequeño balón entre ellos, y el objetivo era enviarlo al campo contrario.
En América los Mayas le llamaban pok ta pok y su práctica era
parte de un ritual por la fertilidad y data de 3.000 años de antigüedad.
A pesar de haber sido introducida en las Islas Británicas, si nos remitimos a las disciplinas ancestrales en Oriente y América, su ascendencia hacia el fútbol actual es muy dudosa.
La disposición geométrica del campo es un doble cuadrado que contiene 22 jugadores, como los 22 arcanos mayores del tarot. El número 5 es el número del hombre y el 6, el número de la divinidad, si los sumamos, obtenemos los 11 jugadores de cada lado, 11 y 22, ambos números maestros.
En el centro del campo, se encuentra un punto y un círculo que lo contiene. En la alquimia, se lo reconoce como imagen del oro alquímico, el ojo de dios.
Actualmente el diseño de los balones de fútbol, es un icosaedro truncado que contiene doce pentágonos, veinte hexágonos y un diseño de 32 caras que conforman una esfera casi perfecta. Matemáticos afirman que aún existe una figura geométrica más aproximada a una esfera perfecta, llamada rombicosidodecaedro, formado por veinte triángulos, treinta cuadrados y doce pentágonos teniendo casi el doble de caras del balón actual, con este la pelota ganaría en compacidad 94.33% de la esfera circunscrita, aumentado la capacidad de control por parte del jugador.
El teorema geométrico de Euler, sostiene que todo poliedro formado por hexágonos y pentágonos debe contener precisamente doce de éstos, independientemente del número de hexágonos que posea. El balón actual, contiene veinte.
Pitágoras describió once de los trece poliedros semirregulares que son menos conocidos que los platónicos, pero sí, más estéticos y agradables a la visión. Todos ellos tienen sus caras formadas por polígonos regulares de dos o tres clases distintas, todos iguales entre sí, respectivamente y dispuestos del mismo modo en cada vértice. Desde el sencillo tetraedro truncado, con sólo ocho caras, al gran rombicosidodecaedro, con 62 caras. Todos ellos son prodigios de la  geometría sagrada.
Hoy día el fútbol se ha convertido en un pasatiempo, ha sido prostituído, esclavizado y alienado para adormecer conciencias. Convertiendose en el espectáculo deportivo de mayor convocatoria, movilización de masas y enormes capitales e intereses de toda índole a nivel mundial. Un gran negocio para las empresas privadas, donde se ha olvidado y pervertido, lo sagrado y místico que esta ceremonia requería.