viernes, 10 de octubre de 2014

El Viajero

Curioso en el camino, incesante compañero
de las nubes que le privan ese rayo de sol,
que lo abriga en su periplo, del rocío mañanero
y despierta entre caricias, de una brisa tornasol

Solitario se aleja, persiguiendo el horizonte
desvelado por un sueño, que le endilga el discurrir
a la sombra de la luna, se hace uno con el monte
acogido por la aurora, continúa su transcurrir

instruido por el viento, despega su pies del suelo
viajando en un remolino, que no cesa de danzar
enredándose entre nubes, eleva su cuerpo al cielo

Despojándose del tiempo, el viajero universal
atraviesa la galaxia para poder alcanzar
las estrellas que lo guían en su viaje colosal                  

sábado, 31 de mayo de 2014

El Hombre y el Perro

Hércules y Cerbero
Cuenta la historia, que el perro no siempre fue el mejor amigo del hombre. Hubo un tiempo en el que los cánidos eran salvajes y no se relacionaban con los seres humanos.
En aquel entonces, la vida en la tierra era muy hostil y en ésta habitaban multiplicidad de seres de todo tipo. Los elementales del bosque, fueron los primeros en percibir que el ser humano no era de fiar. En el reino animal, esto no estaba muy claro. Fue así que muchos de ellos, los más débiles, para evitar el contacto con el humano, pactaron solo salir en la noche. Mientras el humano yacía dormido, resignando así la vigilia.
Durante un largo tiempo así fue, tal y como se había acordado. Sólo las aves eran quienes se encargaban de sobrevolar el territorio prohibido, habitado por el humano. Así éstas proporcionaban periódicamente, información al reino animal.
Sin embargo, no todos los animales acataron estas reglas. No fue así con los lobos, que eran los reyes de las tinieblas, viéndose desfavorecidos por tener que compartir la vendimia de la noche con otras especies inexpertas, que entorpecían la cacería. Estos se fueron acercando al terreno del hombre, cada vez más. Atraídos por el olor en las fogatas, cada noche observaban detenidamente, cada vez más de cerca, como éstos, descartaban las sobras. Hasta que un día el hambre les pudo más y se dejaron ver. Así fueron los primeros contactos entre el hombre y los lobos. Cada noche estos asistían a los banquetes y los hombres les dejaban las sobras, a cambio de protección.
Este rumor, no tardó demasiado en llegar al reino animal. Fue así que se determinó juzgar a los lobos, y estos fueron expulsados del territorio.
Desde ese entonces, el humano comenzó a utilizar a los lobos a cambio de protección y estos a convivir con ellos en sus cavernas, a cambio de alimento. Así perduró durante miles de años.
El terreno se había tornado cada vez más hostil, los inviernos eran cada vez más crudos y los lobos cada vez más dependientes de los hombres. Éstos, fueron perdiendo el instinto y las mañas, hasta volverse indefensos niños imitadores del hombre. Quien los rebautizó con el nombre de Dog(perro), que al revés es God(dios). Un dios encarnado, con la misión de enseñar al hombre, el amor incondicional. Que con su coleteo, como un metrónomo, marca el tiempo que le resta en su última escala evolutiva, para reencarnar en ser humano.   

martes, 6 de mayo de 2014

El viaje Iniciático

Todas las grandes tradiciones, la literatura antigua, la mitología y las religiones han tratado desde tiempos inmemoriales, el tema del viaje del héroe o el viaje del guerrero. Un viaje arquetípico iniciático, un aprendizaje que supone una transformación para la persona que los realiza, haciendo que la persona iniciada entre en contacto con el uso de un potencial interior que desconocía tener.
Jung interpretó que no sólo tenemos aspectos que nos individualizan, sino que tenemos un universo interior común, al que llamó “inconsciente colectivo”, que nos conecta  con los arquetipos del alma y cuyas imágenes compartimos todos.


En mi experiencia personal, he vivido dos viajes muy significativos, los cuales produjeron  grandes cambios en mi. En este relato, les contaré el primero y más especial.
Era el año 2006, para ese entonces tenía 20 años y me preparaba para emprender un viaje a Bolivia de un mes. No era este el primer viaje que hacía a Bolivia, sino el tercero.
En ese entonces, el motivo principal de mi viaje era presenciar la asamblea constituyente que se daba en ese entonces en el departamento de Sucre. A través de la reforma de la constitución, el presidente Evo Morales, les devolvía la voz y la participación por primera vez, a las comunidades indígenas en el parlamento.
Fue allí en sucre, donde conocí al fotoperiodista Español, Diego Ibarra Sánchez. Con diego, rápidamente entablamos una amistad que perdura intacta en el tiempo. Entre pizzas, cervezas y anécdotas de viajes, diego me comentó que iba de camino a Copacabana, en el departamento de La Paz. Le habían dicho que allí, en un extremo del Lago Titicaca, habitaba un Chamán que realizaba ceremonias iniciáticas, debíamos preguntar por  “La casa del duende”.
No dudé en unirme a él y fue así que unos días más tarde, nos encontramos en Copacabana y fuimos en busca de este chamán.
vista desde la casa de Ángel
Al llegar a su casa, notamos que había un grupo de personas de diferentes nacionalidades y culturas, aproximadamente unas diez personas. Entre ellas, un hombre de aspecto indígena, delgado y muy alto. Se hacía llamar Ángel y tenía acento Colombiano.
Nos invitó a unirnos y sentarnos en círculo junto a los demás integrantes, "Los estábamos esperando, ahora se cerró el círculo -exclamó Ángel-. ¡Están de suerte, en dos días es Luna llena y haremos un Temazcal de sanación con plantas maestras", “regresen en dos días en ayuno y traigan frutas”. 
Con gran expectativa, regresamos a ver a Ángel dos días más tarde. Llegamos a primera hora del día, desde su casa tenía una vista privilegiada del lago titicaca. 
El día estaba radiante y Ángel lucía un ropaje muy particular, con plumas de cóndor.
Pintura hecha Ángel
En el interior de su casa, había pinturas indígenas psicodélicas de gran tamaño, junto a telares con mandalas y fotografías de diferentes deidades del Hinduismo.
Así se nos pasó la tarde, entre largas charlas e historias diversas que relataba Ángel, mientras todos escuchábamos atentamente. Nos explicaba el significado de una parte de la ceremonia, de las voces indígenas nahuátl “calli”: casa, y “temaz”, vapor, es decir, “casa de vapor”.
Al caer el sol, una parte del grupo se dispuso a recolectar madera para preparar una fogata. Allí debían introducirse, una gran cantidad de piedras porosas, que otros integrantes del grupo fuimos recolectando sobre la orilla del lago. Las piedras, se fueron introduciendo en el fuego, tornándose en un rojo intenso.
Mientras tanto Ángel se disponía a moler con un mortero la medicina (wachuma), que al ritmo de tambores y mantrams, fuimos ingiriendo cada uno de los integrantes en cucharas soperas. La ceremonia acababa de comenzar.
A pocos metros del círculo de poder, se encontraba el Inipi. Donde uno a uno, despojados de nuestras ropas, fuimos ingresando sentándonos en círculo. En el centro se encontraba un hoyo profundo, allí debían introducirse las piedras. El ritual, consistía de cuatro niveles ó cuatro puertas. En cada una, debían ingresarse quince piedras, a las cuales se les arrojaban variedad de hierbas naturales, entre ellas eucalipto,  y a continuación medidas proporciones de agua sobre las piedras.
Ángel junto al inipi
En cada una de las puertas, se invocaba un elemento de la Naturaleza, mientras se elevaba progresivamente la temperatura en cada una de las puertas, con breves descansos intermedios donde se permitía salir a reposar.  Sin embargo, si alguno de los integrantes decidía salirse del inipi, debería esperar a que finalice la puerta e ingresar en la siguiente.
A partir de la tercer puerta, comencé a sentir como incrementaba la vibración en mi cuerpo, mientras mi sudor salía a borbotones, alcanzando una temperatura muy alta, casi insoportable.
Al finalizar la ceremonia, solo unos pocos conseguimos soportar las cuatro puertas, sobretodo la última, donde sólo se conseguía respirar a pocos centímetros del suelo.
Al salir del inipi, debíamos ingresar directamente al lago titicaca. Éste se encontraba a una temperatura extremadamente fría, me zambullí en él y fue allí donde sentí en mi cuerpo una inyección de energía indescriptible, que se fusionaba con una extraña sensación de hermandad y amor incondicional, para con los otros integrantes del grupo.
Todos experimentamos las mismas sensaciones, mientras ya vestidos nos volvimos a reunir en ronda junto a la fogata, para proceder a la siguiente fase de la ceremonia.
A continuación, Ángel nos introdujo en otra de sus plantas maestras, al parecer una de las más populares en los tiempos de los Inkas de Cusco y más potentes enteógenos que tuve la oportunidad de experimentar. 
También una de las menos conocidas hoy en día. Se trataba de la Willka (Anadenanthera Colubrina), también conocida como vilca ó cebil.
Permanecimos en ronda junto al fuego, mientras Ángel nos iba llamando uno a uno y así íbamos ingresando en el interior de su vivienda.
Ángel en el interior de su casa

Recuerdo al ingresar, visualizar a ángel junto a una lámpara con luz muy tenue. Me senté en loto frente a él, mientras introdujo la medicina en polvo, en el interior de un tubo circular de madera, acercó éste a mi y tras dos fuertes soplos introdujo la medicina en cada uno de mis orificios nasales. Sentí el fuerte impacto de ésta, golpear en el lóbulo occipital de mi cerebro y al instante la luz resplandeció.
Como pude, salí del interior de la casa y regresé al grupo junto a la fogata. Me senté y a los pocos minutos. Comenzaron los vómitos.
Tras unos minutos de vomitar, acontecieron visiones de todo tipo, mandalas de colores con formas geométricas se interponían en mi ángulo de visión, rostros indígenas emergían de la hierba. La primera hora, fue así. Era muy difícil mantener los ojos abiertos y concebir lo que ante mis ojos vislumbraba. Alrededor del círculo de poder delimitado con piedras, a las cuales ángel llamaba “abuelitas”, observaba sombras humanoides y animales salvajes, entre ellos recuerdo una pantera negra que nos observaba.
Estas visiones para muchos integrantes, tornaron insoportables. Requiriendo de a ratos, la asistencia de ángel, que no cesaba de cantar y manipular su tambor chamánico.
Si bien por momentos, perdí la noción del tiempo y espacio, nunca sentí temor.
El trance, intuyo duró más de 8 horas, dejándome exhausto hasta entrado el amanecer.
Al finalizar la ceremonia, ángel nos recibió renovados con un té caliente que sabía riquísimo. Nuevamente en la cruda realidad, nada parecía haber cambiado, todo seguía en el mismo sitio. Como si de un prolongado sueño se hubiera tratado o una especie de ilusión.
Sin embargo, pude percibir una transformación en mi interior. Una parte de mi ser había muerto, dejando florecer una mariposa, que recordaría por siempre, que una vez, fue gusano.

viernes, 25 de abril de 2014


El Fútbol y la geometría sagrada

En tiempos pasados, el fútbol era considerado una ceremonia, un ritual sagrado ofrecido a los dioses, tenía que ver con la relación entre los seres vivos y el inframundo.


La disciplina más antigua que se asemeje al fútbol, tal y como lo conocemos, data de los siglos III y II A.C.
Estos se basaban en manuales de ejercicios militares que correspondian a la dinastía Han de la antigua China. En esos tiempos era llamado ts'uh Kúh y consistía en lanzar una pelota con los pies hacia una pequeña red.
En el Lejano Oriente, aunque unos cinco o seis siglos después de la dinastía Han, existía una variante japonesa llamada
kemari, el objetivo del juego consistía en mantener la pelota en el aire pasándola entre los jugadores.
También en el mediterraneo, se destacaron dos formas de juegos: el harpastum en Roma y el epislcyros en Grecia. Era disputado por dos equipos en un terreno rectangular demarcado y dividido a la mitad por una línea. Los jugadores de cada equipo podían pasarse un pequeño balón entre ellos, y el objetivo era enviarlo al campo contrario.
En América los Mayas le llamaban pok ta pok y su práctica era
parte de un ritual por la fertilidad y data de 3.000 años de antigüedad.
A pesar de haber sido introducida en las Islas Británicas, si nos remitimos a las disciplinas ancestrales en Oriente y América, su ascendencia hacia el fútbol actual es muy dudosa.
La disposición geométrica del campo es un doble cuadrado que contiene 22 jugadores, como los 22 arcanos mayores del tarot. El número 5 es el número del hombre y el 6, el número de la divinidad, si los sumamos, obtenemos los 11 jugadores de cada lado, 11 y 22, ambos números maestros.
En el centro del campo, se encuentra un punto y un círculo que lo contiene. En la alquimia, se lo reconoce como imagen del oro alquímico, el ojo de dios.
Actualmente el diseño de los balones de fútbol, es un icosaedro truncado que contiene doce pentágonos, veinte hexágonos y un diseño de 32 caras que conforman una esfera casi perfecta. Matemáticos afirman que aún existe una figura geométrica más aproximada a una esfera perfecta, llamada rombicosidodecaedro, formado por veinte triángulos, treinta cuadrados y doce pentágonos teniendo casi el doble de caras del balón actual, con este la pelota ganaría en compacidad 94.33% de la esfera circunscrita, aumentado la capacidad de control por parte del jugador.
El teorema geométrico de Euler, sostiene que todo poliedro formado por hexágonos y pentágonos debe contener precisamente doce de éstos, independientemente del número de hexágonos que posea. El balón actual, contiene veinte.
Pitágoras describió once de los trece poliedros semirregulares que son menos conocidos que los platónicos, pero sí, más estéticos y agradables a la visión. Todos ellos tienen sus caras formadas por polígonos regulares de dos o tres clases distintas, todos iguales entre sí, respectivamente y dispuestos del mismo modo en cada vértice. Desde el sencillo tetraedro truncado, con sólo ocho caras, al gran rombicosidodecaedro, con 62 caras. Todos ellos son prodigios de la  geometría sagrada.
Hoy día el fútbol se ha convertido en un pasatiempo, ha sido prostituído, esclavizado y alienado para adormecer conciencias. Convertiendose en el espectáculo deportivo de mayor convocatoria, movilización de masas y enormes capitales e intereses de toda índole a nivel mundial. Un gran negocio para las empresas privadas, donde se ha olvidado y pervertido, lo sagrado y místico que esta ceremonia requería.

Si eres fanático del deporte, estás en el camino.

El Fútbol y la geometría sagrada

En tiempos pasados, el fútbol era considerado una ceremonia, un ritual sagrado ofrecido a los dioses, tenía que ver con la relación entre los seres vivos y el inframundo.


La disciplina más antigua que se asemeje al fútbol, tal y como lo conocemos, data de los siglos III y II A.C.
Estos se basaban en manuales de ejercicios militares que correspondian a la dinastía Han de la antigua China. En esos tiempos era llamado ts'uh Kúh y consistía en lanzar una pelota con los pies hacia una pequeña red.
En el Lejano Oriente, aunque unos cinco o seis siglos después de la dinastía Han, existía una variante japonesa llamada
kemari, el objetivo del juego consistía en mantener la pelota en el aire pasándola entre los jugadores.
También en el mediterraneo, se destacaron dos formas de juegos: el harpastum en Roma y el epislcyros en Grecia. Era disputado por dos equipos en un terreno rectangular demarcado y dividido a la mitad por una línea. Los jugadores de cada equipo podían pasarse un pequeño balón entre ellos, y el objetivo era enviarlo al campo contrario.
En América los Mayas le llamaban pok ta pok y su práctica era
parte de un ritual por la fertilidad y data de 3.000 años de antigüedad.
A pesar de haber sido introducida en las Islas Británicas, si nos remitimos a las disciplinas ancestrales en Oriente y América, su ascendencia hacia el fútbol actual es muy dudosa.
La disposición geométrica del campo es un doble cuadrado que contiene 22 jugadores, como los 22 arcanos mayores del tarot. El número 5 es el número del hombre y el 6, el número de la divinidad, si los sumamos, obtenemos los 11 jugadores de cada lado, 11 y 22, ambos números maestros.
En el centro del campo, se encuentra un punto y un círculo que lo contiene. En la alquimia, se lo reconoce como imagen del oro alquímico, el ojo de dios.
Actualmente el diseño de los balones de fútbol, es un icosaedro truncado que contiene doce pentágonos, veinte hexágonos y un diseño de 32 caras que conforman una esfera casi perfecta. Matemáticos afirman que aún existe una figura geométrica más aproximada a una esfera perfecta, llamada rombicosidodecaedro, formado por veinte triángulos, treinta cuadrados y doce pentágonos teniendo casi el doble de caras del balón actual, con este la pelota ganaría en compacidad 94.33% de la esfera circunscrita, aumentado la capacidad de control por parte del jugador.
El teorema geométrico de Euler, sostiene que todo poliedro formado por hexágonos y pentágonos debe contener precisamente doce de éstos, independientemente del número de hexágonos que posea. El balón actual, contiene veinte.
Pitágoras describió once de los trece poliedros semirregulares que son menos conocidos que los platónicos, pero sí, más estéticos y agradables a la visión. Todos ellos tienen sus caras formadas por polígonos regulares de dos o tres clases distintas, todos iguales entre sí, respectivamente y dispuestos del mismo modo en cada vértice. Desde el sencillo tetraedro truncado, con sólo ocho caras, al gran rombicosidodecaedro, con 62 caras. Todos ellos son prodigios de la  geometría sagrada.
Hoy día el fútbol se ha convertido en un pasatiempo, ha sido prostituído, esclavizado y alienado para adormecer conciencias. Convertiendose en el espectáculo deportivo de mayor convocatoria, movilización de masas y enormes capitales e intereses de toda índole a nivel mundial. Un gran negocio para las empresas privadas, donde se ha olvidado y pervertido, lo sagrado y místico que esta ceremonia requería.

sábado, 22 de marzo de 2014

Besos y Porros
Los Hippies se alejaban voluntariamente de la sociedad de consumo, porque no tenían interés en hacer la revolución, ellos consideraban que reemplazar un gobierno por otro, un sistema por otro, tan autárquico como el anterior. Quizás con otra ideología, pero autárquico y los casos que hubo en los Países del Este, que como todos saben, terminaron siendo dictaduras...
Pero de todas formas, a pesar que ya no se estila creer en la personas, yo todavía creo en cierta gente. Más allá de eso, toda persona es confiable hasta que se demuestra lo contrario, todo movimiento es confiable, hasta que demuestra lo contrario.
Es muy difícil que se repita un movimiento, como lo fue el “Flower Power” en los 60”. En esa década la juventud veinteañera, tenían padres que habían sido obligados a combatir en la segunda guerra mundial, muchos de los padres de esos veinteañeros, no volvieron.
Otros con mejor suerte, volvieron mutilados ó con trastornos mentales, maltratados en institutos Psiquiátricos. Muchos de ellos, no conseguían trabajo ni siquiera como lava autos.
Esos chicos, no querían ir a cuarenta mil kilómetros de distancia, a un lugar que no les pertenecía y aunque, amaban a su país. Sentían que no les incumbía eso.
Lo que ellos proponían, era retirarse a lugares alejados de las metrópolis, de la civilización urbanística occidental y salvarse ellos, amándose los unos y los otros, en el nombre de la libertad.
Estaban a favor de las drogas, no de que lo hagan todos, porque eso sería también una forma de condicionamiento. Estaban a favor de la Marihuana o el Hashish, para estimularse, expandir su conciencia y vivir cosas lindas. Algunos, no necesitaban de eso, otros sí, para escapar del infierno.
También soñaban con paraísos, como “Shangrí-la”, una ciudad que estaba en las leyendas tibetanas. Shangri-la, no existe. Pero ellos, querían huir de la claridad de la ciencia y la tecnología que los alienaba. Entonces viajaban a oriente en el nombre de la libertad, ahora eso si, esto era un poco chanta, hay que reconocer.
Si los hindúes, los tibetanos y demás orientales, tenían que pasar por un sistema de castas, teniendo que hacer los peores trabajos quienes estaban en las castas más inferiores, como es que los hippies, que ni siquiera era orientales, venían de occidente e iban a piscinas y a los mejores lugares y ya eran considerados Budas.
Por antropología sabemos, que toda invención tecnológica, genera desigualdades sociales y no son los inventores los que se benefician de los empresarios privados de ese nuevo invento.
La contaminación también se ha globalizado, si Estados Unidos se niega a ratificar el protocolo de kioto, nos perjudicamos todo el planeta. Pero de todas formas, no está todo perdido, no tiene por que ser imposible, aunque estemos viviendo otra época, para cosas positivas y para cosas negativas.
Es por eso que los Neo-Hippies ó Hippies tardíos y en círculos cerrados de la gente hermosa, deben participar en los foros internacionales. Esperemos que así sea, porque la atmósfera es de todos. Aunque no se puede confiar en la gente, no está todo perdido. A esta altura, hay que interactuar con los otros grupos, en el nombre de la libertad.